Principios básicos para responder a crisis sistémicas

En estos momentos en los que parece que alguien va a venir con una varita mágica para solucionar los problemas a los que nos enfrentamos como sociedad, puede ser útil partir de un suelo común sobre la manera de construir respuestas colectivas. Los enfoques sobre el desarrollo socio-económico, la competitividad y la “especialización inteligente” para superar situaciones de crisis que apoyan las principales instituciones internacionales como la Unión Europea, la OCDE e incluso el World Bank subrayan que la innovación y el  “emprendizaje” debe entenderse en el sentido más amplio posible con el objetivo de incluir a todos los agentes de un sistema complejo. Además de los emprendedores, debemos referirnos a las empresas, centros de investigación y transferencia de conocimiento, instituciones públicas y entidades sociales (en esta categoría debemos también incorporar a las organizaciones formales, a los movimientos sociales y a las iniciativas comunitarias) . Van der Ven (1999) interpreta el “emprendizaje” como un tipo de liderazgo en el “camino de la innovación” o el descubrimiento empresarial . El emprendizaje se desarrolla a través de una red básica de agentes que interactúan en el conjunto del sistema de innovación, integrado por un gran número de organizaciones sociales, empresas, universidades e instituciones gubernamentales  que también debería incluir, especialmente en los países pequeños, a agentes no locales en la cooperación transnacional e interregional. Una interpretación amplia del “descubrimiento empresarial” puede evitar el riesgo de ignorar la naturaleza sistémica de la innovación.